Los aperitivos armonizan con vinos blancos secos, generosos, espumosos brut, tintos jóvenes.
Los mariscos armonizan con sabores yodados (finos, manzanillas, blancos jóvenes secos y frescos (con cierta acidez).
Cómo norma general he de señalar que el pescado no requiere automáticamente un vino blanco.
En el caso de las ensaladas se debe considerar que el principal enemigo del vino es el vinagre. De igual forma las salsas picantes, los berros, espárragos, alcachofas, huevos, afectan y deforman el sabor del vino (sabores metálicos y amargos).
Por lo tanto si tenemos una ensalada con las características anteriores o con una cantidad elevada de vinagre, lo mejor es optar por el agua o porque no, una Manzanilla o un Fino del marco de Jerez.
En este apartado debemos considerar el ingrediente que dé sabor o aromatice la sopa. En muchos casos cuando la sopa o consomé contiene un determinado vino es aconsejable acompañarlo de éste.
También van a depender de los ingredientes que guarnezcan al arroz o la pasta. Habitualmente cuando aparecen verduras, salsas de tomate y plantas aromáticas la tendencia es hacia los rosados o tintos ligeros en el caso de las paellas, arroces o pastas marineros precisan de blancos ligeros aromáticos y frutales (macabeo, sauvignon blanc), tenemos un amplio abanico para escoger.
Si tomamos pasta fresca al huevo y la servimos con una salsa cremosa (nata y queso parmesano) también no decantaríamos por un blanco joven refrescante y con cierto cuerpo, además que actúa limpiando grasas y estos platos se engrandecen (ej.: Chardonnay).
En el caso de las paellas mixtas podemos jugar desde los blancos estructurados hasta los tintos de media crianza.
Gila, J. (18 de Abril 2017). 12 consejos para elegir el vino correcto con cada tipo de comida. Vinetur. https://dehesadeluna.com/blog/que-es-un-vino-seco-caracteristicas/
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